viernes, 6 de mayo de 2011

Gastronomía Conquense. Nelia.

  En nuestra segunda visita a la ciudad de Cuenca y alrededores la impresión ha sido igual que cuando fuimos la primera vez, nos ha faltado tiempo. La cantidad de sitios interesantes que visitar hace que un fin de semana sea insuficiente. A nivel gastronómico, que es lo que nos atañe aquí, pasa igual. La oferta conquense  es muy amplia e interesante, tanto en la capital como en la provincia. En las dos visitas hemos contado con guía, que dicho sea de paso es la razón principal por la que vamos, y que sirve con creces en lo cultural y gastronómico. 

 Cuando fuimos por primera vez, hace dos años, vistamos varios establecimientos de tapas y comida tradicional. Son muy típicos el ajo arriero, el morteruelo, zarajos, chorizos, morcillas y quesos, con respecto a la carne, el cordero y el cerdo es lo más significativo aunque la caza menor, como liebres, conejos y perdices, es muy importante. Sobre el pescado, la trucha es la reina de la mesa. Para finalizar alguna de estás comidas, generalmente copiosas, lo mejor es saborear el Resolí, licor de origen árabe que ayuda con la digestión. 

 Esta vez, nada más llegar, paramos primero en Villanueva de la Jara, y una de nuestras anfitrionas, Tere, nos agasajó con una exquisita tortilla de patatas, morcillas, costillas y el producto local por excelencia, los champiñones. Después de ocho horas de coche no hay nada como la comida casera para reponer. Las cenas también las hicimos en casa y el almuerzo del domingo lo dedicamos a la restauración. Teníamos ganas de probar algo de autor, pero fallamos en la planificación y como era puente, la mayor parte de los establecimientos de la capital estaban completos, probamos con Raff, Ars Natura (Manuel de la Osa), El Bálsamo de Fierabrás, y el Recreo Peral, sin éxito, así que nos decidimos por alguno de los alrededores. Llamamos a Nelia y conseguimos reserva por fin, aunque eso si, debido a la cantidad de clientes que esperaban no pudimos realizar el menú degustación, lo hicimos a la carta.

 El restaurante Mesón Nelia se encuentra ubicado en Villaba de la Sierra a unos 20 kilómetros de Cuenca capital. El entorno es idílico, junto al río Jucar. El edificio donde se encuentra el restaurante es una joya arquitectónica que contrasta con las otras instalaciones del mesón, de estilo más rústico. Posee una sala amplia y diáfana muy bien iluminada. Elegimos unos entrantes para picar y un plato principal para cada uno. A la hora de seleccionar el vino nos dejamos aconsejar porque queríamos algo de la tierra, nos decidimos por un Gran Fontal vendimia seleccionada 2005. La cocina está dirigida por Javier Herráiz y la sala por Pilar Cardo. Su estilo es una mezcla de cocina tradicional con tintes de autor. El menú degustación es más vanguardista y la carta más tradicional. Casi todos los platos son de ingredientes de la zona menos los pescado, como es lógico. La relación calidad precio es fenomenal.

  Comenzamos con una Copa de ajo arriero con albaricoque, plato tradicional conquense con un toque de frescura en forma de albaricoque que le da chispa, muy buen entrante.


De estilo casero, la Morcilla de arroz con manzana asada y las Croquetas de jamón nos predispusieron para los platos principales. Dos entrantes sencillos y de buen sabor.



Los principales fueron, Solomillo de ternera al queso, Entrecot de ternera, Lomo de ciervo y Lubina a la crema de esparragos. Todos ellos de excelente calidad y muy bien cocinados. Destacamos la salsa de queso del solomillo y las tres salsas que acompañaban al ciervo, una de cabello de ángel, otra de calabaza y la última  de manzana.
Lomo de ciervo
Entrecot de ternera

Solomillo de ternera al queso
Lubina a la crema de espárragos


Para terminar, junto con unos cortados, tomamos unos suculentos postres magníficamente elaborados, Royal de chocolate, Biscuit de higos y Toffe de melocotón. En resumen, comimos estupendamente, una buena elaboración con buenos materiales es una combinación ganadora. Los postres sencillamente geniales.

Biscuit de higos

Royal de chocolate

Toffe de melocotón

 Es lógico que volveremos. La primera razón de la vuelta es personal, gracias a Mateo y Silvia por todo, lo de ahora y lo de siempre. Y la segunda es que, como escribimos al principio, Cuenca tiene mucho que descubrir, a nivel cultural y a nivel gastronómico. Su cocina tradicional está creciendo con la frescura de las nuevas tendencias, que a nuestro parecer, la realza y la hace más atractiva. Establecimientos como Mesón Nelia  las conjugan  perfectamente. Si alguna vez visitáis Cuenca espero que la disfrutéis como nosotros.

lunes, 2 de mayo de 2011

Las Trébedes

 Una trébede es un aro de hierro con tres pies que sirve para poner al fuego sartenes, peroles, ollas..., etc. Es raro encontrar en los hogares actuales alguna, se utilizaban antiguamente cuando las cocinas no eran ni de gas ni eléctricas.  Cocinar con una trébede implica tradición, cariño y esmero. Eso es justo lo que trasmite este restaurante situado en la calle Calderón de la Barca en La Línea de la Concepción.

  Hemos estados varias veces, en esta última de comida familiar. El ambiente es cálido y tranquilo, al llegar encuentras una pequeña barra donde degustar alguna tapa. Situada al frente, está la puerta que da acceso al  restaurante. No es una sala grande pero lo suficientemente amplia para estar cómodo. La carta está compuesta por platos donde el principal fuerte es la cocina tradicional y la calidad de las materias, aunque la formación  de la jefa de cocina, Isabel Gil, le permite imprimir un toque de originalidad a cada creación.  Ha realizado estudios de hostelería en el IES de Hostelería de San Roque o la Escuela Superior de Hostelería de Sevilla entre otros y ha estado formandose de la mano de una de las figuras de la cocina catalana, Carme Ruscalleda. La sala está comandada por Juan Gil Rojo, si tenéis alguna cuestión dejad que os asesore, seguro que lo agradeceréis. Las Trébedes es un negocio familiar que poco a poco se está convirtiendo en uno de los referentes gastronómicos de la ciudad y del entorno.  

  En esta visita pudimos degustar varios entrantes para compartir, un plato principal y postre para cada uno. Comenzamos por unos Rollitos de morcilla, cortesía de la casa. Muy suave.


  Continuamos con unas Bolitas de queso con miel que estaban deliciosas y un Atún en manteca del que sólo voy a decir que no tuve tiempo de hacer la foto, jajaja.


  Las Berenjenas con miel de caña y un magnífico Carpaccio de buey fueron un buen colofón para los entrantes.

 







 
   Después vinieron los platos principales, en concreto el mío fue Carré de cordero con cuscús, hacía tiempo que no comía algo con base en la comida marroquí y cumplí con creces mi deseo. De los demás platos principales os dejo foto también.
Carré de cordero con cuscús
Solomillo de ternera al PX
Hamburguesa de ternera con foie
Rosada con langostinos y almejas en salsa verde


Secreto ibérico con chutney de mango

   Con respectos a los postres, variedad y calidad, como la carta incluye platos de temporada, elegí una Torrija con aroma de azahar y crema de naranja muy suculenta. Los demás también eligieron el suyo.

Torrija con aroma de azahar y crema de naranja
Tatín de manzana
Tarta de mascarpone al amaretto
Pudding diplomático
Panacota
Souffle de chocolate
   Por supuesto terminamos la comida con café y gintonic. Restaurante muy recomendable para cualquier ocasión, con una relación calidad precio excepcional. Aire fresco para la oferta gastronómica linense.