viernes, 9 de septiembre de 2011

El Aura Culinario. Dogville.

   Hay días en los que me levanto y me apetece coger el coche para dar un garbeo y pasar el día fuera de casa. El día que descubrimos Dogville fue uno de esos. El cuerpo me pedía Bolonia. Hacía muchísimo tiempo que no paraba por allí porque en verano me gustar huir de la masificación de la zona y como además, Bolonía no está de camino, para ir tiene que ser con intención. La idea en principio fue la de perdernos por la arena y pasar un día de playa. Cosa que hicimos. Aquella zona tiene un aura especial que hace que, aunque encuentres poco espacio para aparcar y muchos turistas en la playa, te relajes y liberes tensiones. Las ruinas cercanas confieren un hálito mágico al entorno donde se fundó la ciudad romana de Baelo Claudia, que surge a finales del siglo II a.C. y su existencia estaba ligada sobre todo al comercio con el norte de África. La pesca, la industria de salazón y el Garum (salsa derivada del mismo) fueron las principales fuentes de riqueza. El emperador Claudio (41 – 54 d.C.) le concedió el rango de municipio romano.

  
   Estábamos tan a gusto debajo de nuestro chambao que se nos hizo de noche en la orilla del atlántico y claro, había que buscar algo para cenar antes de volver. Desconfié de los chiringuitos a pie de costa y recordé que a la llegada vi una casita con techo a dos aguas con un cartel que ponía "Dogville" Resto-Bar. La jornada empezó con sensaciones positivas y cuando entramos en el local supe que acabaría igual. La decoración es, aunque quede sencillo decirlo, muy bonita. Podría emplear otros adjetivos más complejos pero creo que el que mejor lo define es "bonita". La casa en sí es rústica con muros de piedra y vigas de madera pero los elementos ornamentales son modernos y étnicos, una combinación sutil y muy acertada que se aleja del convencionalismo. También se puede observar varias obras de artes repartidas por la sala. Durante el periodo del año que el clima acompaña presenciar una puesta de sol desde la terraza es todo un espectáculo y durante el invierno la chimenea central de la sala ayuda a crear un ambiente confortable.







   Con respecto a la oferta gastronómica en Dogville tienen una gran variedad de platos que combinan diferentes estilos y orígenes de cocina, oriental, árabe, mediterránea, argentina, italiana...etc. Todo ello con ingredientes de primera y un toque singular en la elaboración. A modo de aperitivo nos sirvieron unas Julianas de zanahoria con crema de queso muy refrescante y suave.

Para compartir, nos deleitamos con un Cuscús dulce que nos pareció espléndido. Junto con los frutos secos, las pasas y verdurita muy picada, se apreciaba un toque a azahar muy acertado para nuestro gusto.


El Salteado de verduras con arroz, sésamo y salsa de soja también nos encantó. Un plato con mucha armonía entre los ingrediente, no tan original como el cuscús pero muy bien confeccionado.



Como plato principal, Atún de almadraba con semillas. Si sois habituales del blog, ya sabréis nuestra predilección por el atún rojo y lo exigentes que somos con el mismo, este supera con creces la nota de corte. En su punto, marcado por fuera y poco hecho en el interior. La capa de semillas daba el toque diferente a un excelente plato. 

Los postres caseros y "demasiados" suculentos, jejejeje, tarta de chocolate, de queso y crepé con dulce de leche.

   En definitiva, un descubrimiento veraniego para cualquier día del año. Como antes relatamos, la zona tiene un aura especial del que Dogville se impregna para crear un "Aura Culinario" de fácil percepción. Es muy de agradecer la oferta de este establecimiento donde, lejos de caer en la monotonía y la dejadez del que hacen gala muchos locales impulsados por la marabunta estival del turismo, saben y quieren hacer las cosas bien.  

lunes, 5 de septiembre de 2011

Una de Verano Azul en el Chiriguito de Ayo

   En la playa de Burriana en Nerja se encuentra el enclave donde Antonio Mercero rodó las escenas de playa de la mítica serie Verano Azul. El Chiringuito de Ayo fue elegido para este fin y saltó a la fama desde entonces. Un establecimiento que cuenta con más de 40 años a sus espaldas y que tiene como bandera culinaria sus riquísimas paellas gigantes a la leña que se elaboran tradicionalmente. Es ideal para pasar un estupendo día de sol y mar, dejando aun lado las preocupaciones por el avituallamiento. Está abierto  durante todo el día y siempre hay una paella recién hecha esperando. Precios muy económicos y la posibilidad de repetir tantas veces como quieras hacen que el Chiringuito de Ayo este siempre repleto de comensales. Por supuesto Ayo se encuentra a pie del cañón con sus peculiares espinilleras que le evitan quemarse con la candela.  



  Si tienen la posibilidad de visitar la bonita población de Nerja, no duden vivir la agradable experiencia de visitar el Chiringuito de Ayo y sentirse Chanquete, Pancho, El Piraña o Julia por un día.